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Hereda un panorama marcado por la violencia, la incertidumbre económica y las polémicas reformas constitucionales impulsadas por su mentor, Andrés Manuel López Obrador

Claudia Sheinbaum -científica y ex alcaldesa-, de 62 años, asumió este martes la Presidencia de México y se convirtió en la primera mujer en liderar el país en más de 200 años de historia independiente.

Sheinbaum recibió la banda presidencial de manos de la presidente de la Cámara de Diputados, Ifigenia Martínez, una histórica luchadora de la izquierda mexicana, de 94 años, y bajo la atenta mirada de López Obrador.

En su primer discurso como presidente de México, Sheinbaum elogió a su antecesor a quien calificó como “el dirigente político y luchador social más importante de la historia modera” y el más querido. También, dijo, para millones es “el mejor presidente de México”.

“En nuestro gobierno garantizaremos todas las libertades como principio democrático”, prometió Sheinbaum. “Se respetarán los derechos humanos y nunca se utilizará la fuerza del Estado para reprimir al pueblo. Cualquiera que diga que habrá autoritarismo estará mintiendo”, puntualizó.

Durante la ceremonia de asunción, destacaron las presencias de varios líderes internacionales, como el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, la primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, el presidente chileno, Gabriel Boric, y el mandatario colombiano, Gustavo Petro.

En los 50 minutos que duró su discurso, Sheinbaum dio a conocer sus 100 compromisos de gobierno, entre ellos mantener la autonomía del Banco Central y aplicar disciplina fiscal, así como garantizar certeza para los inversionistas nacionales y extranjeros y adoptar políticas en pos del cambio climático que se anunciarán en los próximos días.

Uno de los mayores desafíos será calmar a los inversionistas, preocupados por las reformas judiciales que permitirán la elección de jueces por voto popular y que, según expertos, podrían amenazar la estabilidad del Estado de derecho y generar incertidumbre en el clima de negocios.

A nivel internacional, la relación con Estados Unidos será crítica, especialmente con las elecciones presidenciales de noviembre en ese país. Si Donald Trump regresa al poder, México podría enfrentarse a aranceles más estrictos y un enfoque más radical en temas migratorios y comerciales, lo que complicaría aún más el panorama.

Entre los desafíos más inmediatos también está la situación en Sinaloa, un estado golpeado por la violencia entre facciones del Cártel de Sinaloa, que han intensificado sus enfrentamientos desde que algunos de sus líderes fueron detenidos en Estados Unidos.

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