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Los únicos países que reconocen al dictador Maduro son los países con las mismas características que Venezuela: Rusia, China, Irán, Cuba, Nicaragua, Bolivia

Las eventuales tratativas incluirían el viaje, a Caracas, de los cancilleres de los tres países que mantienen aceitados vínculos con el chavismo.

Lula, de Brasil, y sus pares de México, Andrés Manuel López Obrador, y de Colombia, Gustavo Petro, se han estado moviendo en bloque frente a la crisis desatada en Venezuela tras las fraudulentas elecciones presidenciales del domingo 28 de julio. Los tres mandatarios de izquierda no refrendaron la victoria de Maduro, pero tampoco la desconocieron, como sí hicieron otros gobiernos de la región, como el de Javier Milei. Además, en un comunicado conjunto, pidieron a Caracas que publique los “datos desglosados por mesa de votación”.

La región quedó dividida tras las elecciones presidenciales. Estados Unidos, Argentina, Chile, Perú, Paraguay y Uruguay no reconocieron el triunfo de Maduro. En la vereda de enfrente, Cuba, Nicaragua, Honduras y Bolivia felicitaron al presidente venezolano sin cuestionamientos. En el medio quedaron Colombia, Brasil y México, que pidieron evitar injerencias extranjeras sin reconocer ni rechazar el resultado oficial. Maduro “ganó con más del 51% de los votos” -eso dicen desde el régimen chavista-, contra casi el 44% de González Urrutia, según el conteo oficial del Consejo Nacional Electoral, que jamás entregó las actas correspondientes que avalen el resultado.

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La oposición, que presentó sus propias actas, afirma que ganó con una diferencia de 40 puntos.

El viernes pasado, Lula, Petro y López Obrador mantuvieron una extensa conversación vía Zoom para analizar la crisis venezolana. Tras el diálogo, emitieron el comunicado conjunto, consensuado y medido bajo los preceptos diplomáticos, para mantener un canal de comunicación con ambas partes.

Lula defiende una relación histórica con el chavismo. A principios de siglo, mantuvo una larga amistad con Hugo Chávez, producto de su afinidad ideológica. Ahora, quiere convencer a Maduro a sentarse en la misma mesa con la oposición.

Lula quiere sentar a Maduro con González Urrutia. Pero el presidente venezolano no parece dispuesto hoy a abrir ningún diálogo con la oposición. Resiste en Miraflores y se aferra a unas actas que duermen desde hace una semana en la sede del Consejo Nacional Electoral.

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