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Sus hijos, de 7 y 5 años, se quedaron sin su mamá a causa de la locura de un tipo

Florencia Guiñazú tenía 30 años recién cumplidos y era mamá de dos hijos: un nene de 7 años y una nena de 5. Estaba en su casa del departamento de Guaymallén, en Mendoza, cuando Ignacio Agustín Noto, su pareja de 32 años, la ahorcó y luego, se suicidó.

El femicidio ocurrió durante la tarde de este sábado, en una de las habitaciones de la casa de la víctima y mientras el hijo mayor jugaba a la PlayStation en otro cuarto. Este domingo se realizaba la autopsia, pero en el preliminar se informó que “Florencia fue ahorcada y el femicida se colgó”. Todo ocurrió en el mismo cuarto: el asesino cerró la puerta para que el niño no escuche nada.

Florencia era Técnica Superior en Higiene y Seguridad, modelo y trabajaba para diferentes marcas. En su cuenta de Instagram, Florencia tenía más de 24 mil seguidores. También se desarrollaba como tatuadora y en otro de sus perfiles, en las redes sociales, exponía sus trabajos desde mayo de 2021.  Le apasionaban los deportes. Jugaba al fútbol, pero también practicaba CrossFit rugby.

Según fuentes de la investigación, la mujer no había denunciado a su pareja por violencia de género.

Los vecinos habían escuchado ruidos similares a golpes durante la noche anterior. Pero este sábado, uno advirtió una nota en una de las ventanas del departamento que decía “Llamen al 911, los niños están solos”. Fue en ese momento cuando tocó la puerta de la casa. El niño fue quien atendió y contó que había llamado a Florencia y a Noto, pero que no le habían respondido. En ese instante, el hombre se comunicó con las autoridades para dar aviso.

Los policiales se dirigieron hacia la habitación matrimonial que estaba cerrada por dentro y se encontraron con una escena aberrante: el cuerpo de Florencia tendido en el piso y el de Soto, colgado del techo.

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