Las razones por las cuales quitaron la “intermediación” de los piqueteros en el reparto de la comida. “Pelean por la caja de los alimentos”, sostienen desde Casa Rosada
Un relevamiento realizado por el ministerio de Capital Humano, revela que: “Hasta el momento, el 55% de los comedores relevados no existen”. A su vez, del total de 44.314 comedores inscriptos en el Registro Nacional de Comedores (RENACOM), apenas el 10%, unos 4.430 fueron ‘matriculados’ por la administración del Frente de Todos y solo 2.314 recibían asistencia por parte del Estado porque así lo requirieron. La investigación de Capital Humano detectó que durante la gestión Fernández el 4,2% de los alimentos secos que eran destinados a los comedores y merenderos comunitarios salían de los galpones del ex ministerio de Desarrollo Social, eran trasladados a los depósitos de organizaciones sociales que forman parte de la Unión Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), como el Movimiento Evita, el MTE, la CCC o Somos Barrios de Pie y de la Unidad Piquetera, como el Polo Obrero, Libres del Sur o el Frente de Organizaciones en Lucha “y de ahí, de manera discrecional y extorsiva iban supuestamente a los comedores y merenderos que dependían de esas agrupaciones”. Apenas el 8% de esa mercadería era rendida “de manera informal” a la ex cartera de Desarrollo Social que fue conducida por Daniel Arroyo, Juan Zavaleta y Victoria Tolosa Paz.
Ese 4,2% de la ayuda alimentaria ya no será manejada por los dirigentes sociales. El 50% de ese monto total, que era de casi 80 mil millones de pesos, será vehiculizado a través del Programa Alimentar Comunidad. Una especie de tarjeta de prepago a través de la cual los responsables de los comedores debidamente acreditados, se les girará dinero para la compra no solo de arroz, fideos y yerba, sino de otros alimentos de mayor contenido proteico como lácteos, carnes, verduras, frutas y hasta alimentos para celíacos si es necesario. “La idea es que cada comedor compre lo que necesite, no lo que el Estado quiera”, explicaron desde la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia. También recalcaron que los gastos “deberán ser rendidos para continuar con el beneficio. De esta manera, además de agregar valor nutricional a las comidas, existirá “transparencia” y trazabilidad de los alimentos” y a quiénes llegan, ”un hecho que hasta ahora no ocurría”. El otro 50% será destinado a una reserva para casos de emergencias como inundaciones u otros casos extremos como incendios y otras catástrofes.
“Queremos cortar con los gerentes de la pobreza que hacían política con los alimentos. No hay registros de los comedores a los que, de manera discrecional enviaban los alimentos. Es escandaloso”, dicen los responsables de Capital Humano.
Algo que tienen documentado desde Capital Humano y cuentan a modo de ejemplo: “En el universo que administraban las organizaciones sociales, Milagro Sala, la jujeña titular de la Tupac Amarú, recibía un millón de kilogramos de alimentos mientras que la Fundación CONIN de Abel Albino que lucha contra la desnutrición no recibía ni un solo kilo, cero”.
Durante la gestión del Frente de Todos, después Unión por la Patria, el millonario presupuesto alimentario estaba bajo la órbita de la Secretaría de Inclusión Social (ahora subsecretaría de políticas sociales), a cargo de la dirigente camporista Laura Valeria Alonso, licenciada en Trabajo Social, de estrecha relación con los dos principales referentes kirchneristas, como el diputado Máximo Kirchner.
Los funcionarios que colaboran con Pettovello afirman que las denuncias que realizan públicamente los dirigentes sociales y que se materializan en marchas y cortes de accesos en la Ciudad de Buenos Aires, por la “falta de alimentos en los comedores comunitarios” tiene que ver con “la disputa por el reparto sin control ni rendición de esa comida”.
Con datos de Andrés Klipphan