Los motines se repiten en distintas cárceles dominadas por las mafias. El país vive bajo amenaza narco. El presidente decretó conflicto armado interno a nivel nacional
El crimen organizado puso en jaque al gobierno del presidente de Ecuador, Daniel Noboa. Con apenas un mes y medio en el Palacio de Carondelet, el mandatario enfrenta hoy su primera gran crisis con una ola de secuestros de policías, la fuga de dos poderosos jefes narcos de prisión, motines en varias cárceles, atentados con coches bomba y hasta la violenta toma de un canal de TV.
Noboa declaró conflicto armado interno a nivel nacional y ordenó a las fuerzas militares neutralizar a los grupos armados después que un comando asaltara el canal TC Televisión en Guayaquil. El último virtual estado de guerra se vivió en la década de los 90 durante el conflicto armado con Perú.
“Habría que esperar cómo reacciona el narcoterrorismo frente a un Estado que ahora tiene la facultad de disparar y usar sus armas” de manera directa y no progresiva, como hasta ahora. “La gente está aterrorizada, en los barrios se escuchan sirenas de alarmas, helicópteros sobrevuelan, es decir, hay un estado de guerra patético”, dijo a TN el exdirector de los diarios El Comercio y El Telégrafo, Fernando Larenas.
La crisis tomó por sorpresa al mandatario que asumió el 23 de noviembre para completar la gestión del renunciante Guillermo Lasso. En medio de una violencia creciente, Noboa declaró el lunes el estado de excepción por 60 días, que incluye un toque de queda entre las 23:00 y las 05:00 del día siguiente.
“Cada episodio supera al anterior. Fue un día y una noche de locura. Sorprenden la fuerza, la virulencia y los métodos del narcotráfico. Las organizaciones criminales tienen un poder extraordinario y manejan el sistema carcelario. La inteligencia militar y policial no ha podido penetrar en las prisiones y los presos están más armados que los propios miembros de las fuerzas de seguridad”, afirmó Larenas.
La sede presidencial y las estaciones del subte en Quito amanecieron hoy militarizadas. Nadie olvida aún el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio el 9 de agosto pasado, en plena campaña electoral. Las masacres se suceden en distintos puntos del país. El miedo se palpa en las calles. TN