La Iglesia Católica celebra el 4 de octubre en honor a San Francisco de Asís, un Santo conocido por su humildad, pobreza y amor por la naturaleza y los animales
Por SIN CODIGO
Cada 4 de octubre se celebra el día de San Francisco de Asís, una de las figuras más universales y queridas del cristianismo. Nacido en Italia en 1181, hijo de una familia acomodada, Francisco renunció a todas sus riquezas para vivir en la más absoluta pobreza, entregado a Dios, a los pobres y a la creación.
¿Por qué se celebra este día?
El 4 de octubre corresponde a la fecha de su muerte, ocurrida en 1226 en la ciudad de Asís. Fue canonizado solo dos años después, en 1228, debido a la profunda huella espiritual y social que dejó. Desde entonces, se convirtió en un símbolo de humildad, sencillez y amor por la vida.
El significado de San Francisco para la Iglesia y el mundo
Para la Iglesia católica, San Francisco es el ejemplo del evangelio vivido de manera radical: sin bienes materiales, sin poder, sin privilegios, entregado únicamente al servicio de los más necesitados. Fue fundador de la Orden franciscana y un pionero en el diálogo interreligioso, al acercarse con respeto al sultán de Egipto durante las Cruzadas.
Pero su figura trascendió las fronteras del cristianismo: San Francisco se convirtió en un símbolo universal de paz, fraternidad y respeto a la naturaleza. Tanto es así que la Organización de las Naciones Unidas lo declaró Patrono de los Ecologistas, en 1980.
Protector de los pobres, los animales y la creación
San Francisco fue conocido como el “pobrecillo de Asís” por su vida austera y su cercanía con los más marginados. También es recordado por su especial relación con los animales y la naturaleza: hablaba de la “hermana luna”, del “hermano sol” y del “hermano lobo”, en un canto que expresaba la conexión entre toda la creación y Dios.
Su visión resultó adelantada a su tiempo: hoy se lo considera un precursor de la conciencia ecológica y del llamado al cuidado de la Casa Común que el Papa Francisco retoma en su encíclica Laudato Si’.
Un mensaje para la humanidad de hoy
En un mundo atravesado por la desigualdad, las guerras y la crisis climática, San Francisco de Asís dejaría un mensaje claro: apostar por la sencillez, compartir con los que menos tienen y cuidar del planeta como un don que pertenece a todos.
Recordarlo es también comprometerse con los valores que predicó: la paz, la fraternidad, la defensa de la vida en todas sus formas y el respeto por la creación.
Cómo lo recordamos hoy
Cada 4 de octubre, en distintas parroquias y comunidades, se realizan bendiciones de animales, celebraciones litúrgicas y actividades solidarias en su honor. No solo se trata de rezar, sino de imitarlo en gestos concretos: ayudar a quien lo necesita, optar por un estilo de vida más austero y responsable, y defender el medio ambiente.
San Francisco de Asís, el hombre que dejó todo para vivir con nada, sigue recordándonos que la verdadera riqueza está en la sencillez y en la fraternidad con toda la creación.
ORACIÓN SIMPLE DE SAN FRANCISCO DE ASÍS
Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz .
Donde hay odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.
Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, como amar.
Porque es:
Dando , que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la
Vida Eterna.