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Tres balazos lo derrumbaron cuando intentaba escapar por los techos de la casa donde se escondía, luego de casi 500 días prófugo

El 2 de diciembre de 1993, murió el Jefe del temible Cartel de Medellín, responsable del 80% de la cocaína que se movía en Colombia. Apenas un día antes, el Jefe y fundador del Cartel de Medellín, había cumplido 44 años acompañado por su madre, que le llevó una torta a la escondite, una casa normal en el Barrio Olivos, de Medellín.

Con Pablo quedó sólo “Limón” (Álvaro de Jesús Agudelo, 37), sicario y patota del Cartel, quien seguía al lado de “El Patrón” aún cuando todos lo habían abandonado. “Limón” cayó bajo las balas de la Policía nacional de Colombia segundos antes que su Jefe.

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El despliegue armado que derivó en su muerte aquel 2 de diciembre, estuvo a la altura de su fama y sus crímenes. Al final de sus días, quien era uno de los hombres más poderosos y ricos del mundo, terminó solo y cercado por gente cuyo único objetivo era acabar con él. Para dar con él, se aprovecharon de la obsesión que tenía Escobar por controlar la seguridad de su esposa y sus hijos. Pablo los llamaba pero, sabía que debían ser breves por la localización. Ese 2 de diciembre, Escobar habló con su hijo (Juan Pablo) y la comunicación se interrumpió abruptamente. La cacería había terminado.

Escobar rodeado, escapó por los techos de la vivienda donde se ocultaba y recibió tres disparos: uno en el tórax, otro en la pierna y otro que entró por su oreja izquierda y salió por la derecha.

Y así fue el fin de años de terror y persecución del hombre más poderoso y sanguinario de la historia de Colombia.

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