Este lunes se festejan los 340 años de la Capital tucumana en su actual emplazamiento. Además, el día de los Arcángeles San Miguel -patrono de la ciudad-, San Rafael y San Gabriel
Por SIN CODIGO
Cada 29 de Septiembre la Iglesia Católica celebra el Día de los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, figuras espirituales que trascienden las fronteras de lo religioso y que tienen una fuerte presencia en la tradición cristiana.
Para los creyentes, los arcángeles son mensajeros y protectores: San Miguel, el defensor del pueblo de Dios; San Gabriel, el portador de buenas noticias; y San Rafael, el sanador. Para quienes no profesan la Fe, estas figuras siguen siendo símbolos culturales cargados de valores como la justicia, la esperanza y la protección.

Pero en Tucumán, esta fecha adquiere un sentido doblemente especial: el 29 de Septiembre también se conmemora el Día de San Miguel, Patrono de la Ciudad Capital, San Miguel de Tucumán.
El traslado de Ibatín y el nacimiento de la actual ciudad
La historia de San Miguel de Tucumán está marcada por un episodio decisivo: el traslado de su asentamiento original. Fundada el 31 de mayo de 1565, por Diego de Villarroel, trasladada en 1685 a su actual emplazamiento.

Las razones fueron múltiples: las dificultades de abastecimiento de agua, las crecientes amenazas indígenas y la necesidad de un terreno más fértil y seguro. Así nació la nueva San Miguel, bajo la advocación de su Santo Patrono, que con el tiempo se convertiría en corazón político, cultural y religioso del Noroeste argentino.
Una fiesta que une tradición y comunidad
Cada 29 de Septiembre, la Capital tucumana no solo honra a los Arcángeles de la Iglesia, sino que celebra su propia identidad. Es un día en que la historia y la Fe se encuentran: desde las misas en honor a San Miguel Arcángel, hasta los Actos Cívicos que recuerdan a los fundadores y al traslado que dio forma definitiva a la ciudad.
Para los tucumanos, creyentes o no, la fecha es un recordatorio de pertenencia: San Miguel de Tucumán no solo lleva el nombre del Arcángel guerrero, sino también la herencia de siglos de historia, luchas y transformaciones que la convirtieron en una de las ciudades más importantes de la Argentina.
El 29 de Septiembre, entonces, es una jornada donde lo sagrado y lo histórico se entrelazan: fiesta religiosa para unos, celebración de la identidad local para todos.