Hoy, en al menos 64 países ser homosexual sigue siendo un crimen; en 12 de ellos, puede costar la vida. La mayoría del mundo aún prohíbe el matrimonio igualitario y limita el cambio legal de género. En ese contexto, la visibilidad sigue siendo una demanda viva
Junio no es solo el mes en que comienza el invierno en el sur. Desde hace décadas, es también el Mes del Orgullo LGBTQ+, una oportunidad para mirar de frente la historia, celebrar las conquistas de derechos y, sobre todo, seguir reclamando por los que aún faltan.
📚 ¿Por qué junio?
La elección de este mes no es casual. El 28 de junio de 1969 tuvieron lugar los disturbios de Stonewall, una serie de manifestaciones espontáneas contra una redada policial en el Bar Stonewall Inn, en Nueva York. En esa época, la homosexualidad era criminalizada, perseguida y patologizada. Aquella noche, la comunidad LGBTQ+ dijo basta. Ese acto de rebeldía encendió la mecha del activismo moderno por los derechos de lesbianas, gays, bisexuales, personas trans, no binarias y más.
Desde entonces, junio se convirtió en el Mes del Orgullo, un tiempo de visibilidad, memoria, lucha y celebración.
🌈 ¿Qué se celebra (y qué se reclama)?
El Orgullo es mucho más que desfiles coloridos. Es la afirmación de que todas las identidades tienen derecho a existir y ser respetadas. Se celebra poder vivir sin esconderse, sin miedo, sin culpa.
Pero también es un llamado de atención. Aún hoy, en pleno 2025:
• Más de 60 países criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo.
• La violencia contra personas trans sigue siendo alarmante en muchas partes del mundo.
• Los discursos de odio, tanto en redes como en la vida pública, están lejos de desaparecer.
• La falta de acceso igualitario a la salud, la educación y el trabajo es una deuda real y concreta.
En muchos países, hay avances legales, pero los prejuicios sociales siguen intactos, agazapados, disfrazados de “opinión” o “libertad de expresión”.
📍¿Cómo se celebra en el mundo?
Las celebraciones del Orgullo varían según los países, pero tienen un mismo espíritu: visibilidad, diversidad y reclamo de derechos.
• En Nueva York, se realiza uno de los desfiles más grandes del planeta.
• En Madrid, el Orgullo es una fiesta de días enteros con conciertos, charlas y eventos masivos.
• En Buenos Aires, aunque la Marcha del Orgullo se hace en noviembre (por la historia local), en junio hay actividades, ferias, charlas y muestras culturales.
• En países donde está prohibido expresarse abiertamente, el Orgullo se vive en redes sociales o en pequeñas reuniones privadas, como una forma de resistencia silenciosa y valiente.
⚠️ Orgullo no es propaganda: es visibilidad
Algunos sectores conservadores insisten en que el Orgullo es una “ideología” o una forma de “adoctrinamiento”. Pero basta mirar las estadísticas de violencia, discriminación y exclusión para entender que se trata de una cuestión de derechos humanos, no de marketing.
Ser visible, salir del clóset, besar a quien uno ama sin miedo, vivir con el género que uno siente: eso es Orgullo. Y es político, porque no todos pueden hacerlo libremente.
✊🏽 ¿Qué falta?
• Que ser LGBTQ+ deje de ser peligroso en muchas partes del mundo.
• Que las personas trans puedan acceder al trabajo formal sin necesidad de esconder su identidad.
• Que la salud sexual y reproductiva contemple las realidades diversas.
• Que el sistema educativo incluya una educación sexual integral que no margine ni invisibilice.
🌟 En conclusión
El Orgullo no es solo una fiesta, es también una trinchera. Es un recordatorio de que amar y ser uno mismo no debería ser un acto de valentía, pero muchas veces lo sigue siendo. Por eso, cada junio (y ojalá cada día del año), es vital recordar que los derechos conquistados deben cuidarse, y los que faltan, exigirlos.
Porque no se trata de tener “privilegios especiales”, sino simplemente de vivir con igualdad y dignidad. Y eso, en definitiva, es el verdadero motivo del orgullo.
TICHO para SIN CODIGO
