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Cuatro años de prisión, aunque seguirá libre hasta que el fallo esté firme. Deberá pagar una indemnización millonaria

Marcos Ernesto Cabrera Rodríguez, conocido como Yao Cabrera, nació en Uruguay y tiene 27 años. Con sus posteos en redes sociales capitalizó una impactante cifra de seguidores: más de 25 millones, en su mayoría, chicos de entre 5 y 14 años. Cabrera muestra sus andanzas, en las que hace bromas de mal gusto (incluidas simulaciones de muerte y de secuestros) y retos.

Acumuló varias causas en su contra por delitos tales como abuso sexual, corrupción de menores, parafilia y trata de personas; una de ellas la interpuso, en octubre de 2020, el manager de medios, Jorge Zonzini, ante el Juez Federal Ariel Lijo. Otras las hicieron la ex diseñadora gráfica Giovanna De Mitole y los ex editores, Mariano Fernández y Joaquín Apesteguía, empleados de la organización VIRAL/WIFI, que era liderada por el influencer.

La causa, que llegó a juicio, recayó en el Juzgado Federal de Campana, a cargo del Juez Adrián González Charvay, quien le prohibió la salida del país y le impuso un millonario embargo.

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El expediente, caratulado como “trata de personas con fines de explotación sexual, laboral y reducción a la servidumbre”, se resolvió ante el Tribunal Oral Federal Nº 3 de San Martín, integrado por los jueces Nada Flores VegaDaniel Gutiérrez y Walter Venditti, que esta mañana condenaron a Cabrera a cuatro años de prisión efectiva.

Según explicó Zonzini, él y los ex empleados de Cabrera presentaron en el juicio “material probatorio suficiente respecto de sistemas de multi estafas a niños vulnerables y a sus padres, abusos sexuales, corrupción y facilitación de la prostitución a menores de edad”, además de indicios de eventual “venta de estupefacientes en eventos y teatros”.

La diseñadora Giovanna De Mitole brindó testimonio en Cámara Gesell y debió vivir en un refugio de damnificadas de trata con identidad reservada.

La mujer afirmó que “Cabrera la redujo a la servidumbre bajo las condiciones de brindarle un lugar donde vivir y comer, valiéndose de su estado de vulnerabilidad, sometiéndola a su poder y voluntad precariaentre diciembre de 2019 y enero de 2020Pudo finalmente escapar de la ‘Mansión WIFI’, donde Yao y sus secuaces vivían y reclutaban personas, cuando su salud resultó comprometida y fue trasladada al hospital por el SAME”.

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Hay una causa pendiente, que tramita ante la Justicia en Escobar por “delitos sexuales contra menores de edad, que incluye un abuso sexual” y “otros casos de venta de droga”.

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