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Las compañías insisten en que el conflicto no es salarial sino gremial

Los trabajadores aceiteros arrancaron, este viernes, el cuarto día de huelga que mantiene paralizados todos los puertos, en reclamo de una oferta salarial superadora a la que ofreció la industria hasta septiembre. Las negociaciones entre las partes están suspendidas y, por ahora, no hay voluntad de pedir la conciliación obligatoria. En el sector empresario están convencidos de que los motivos que impulsan la medida de fuerza exceden el reclamo salarial y sólo se sentarán nuevamente en la mesa de negociación si el sindicato desestima el paro.

Siguen pasando los días y los costos para la industria, los transportistas, los trabajadores y hasta el propio Gobierno son cada vez mayores. “La industria aceitera se lamenta profundamente la falta de diálogo y voluntad real de llegar a un acuerdo. Es menester levantar la medida de fuerza para retornar a la mesa de negociación. Esta falta de vocación gremial le sigue descontando ingresos a miles de trabajadores aceiteros, que se sorprenderán al ver menguados sus ingresos a fin de este mes”, afirmó la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara) en un comunicado.

Fuentes de la industria aclararon que se trata de sueldos promedio -en su gran mayoría- superiores a $2,6 millones, por lo que, al perder el suplemento por presentismo, estos cuatro días de paro repercutirá en unos $200.000 menos que recibiría cada uno con su sueldo de agosto. “Lamentablemente, por una decisión intempestiva de los sindicatos, no trabajar por cuatro días tiene un impacto salarial muy grande”, dijeron las fuentes consultadas.

También, se ven afectados miles de transportistas que están con sus camiones varados para poder descargar los granos en los puertos. “A los transportistas les decimos lo mismo, y es que hay un solo responsable para los males que sufrirán sus familias este mes: los líderes sindicales, que tomaron medidas de fuerza intempestivas, sabiendo que nadie podía evitar que colapsen las rutas y las terminales. El daño económico a miles de transportistas y vecinos es absolutamente mayor a cualquier pretensión salarial real”, enfatizó Ciara en el comunicado. Los transportistas varados son 15.000, que no pudieron descargar los granos, pero además hay otros 12.000 que tenían fecha de carga y entrada y que han sido suspendidas. El impacto, entonces, es de 27.000 transportistas que han perdido el ingreso de una semana; son miles de millones de pesos.

Otro impacto tiene que ver con las demoras en las cargas de los granos (no se suspenden sino que se dilatan), lo que implica unos U$S 50.000 por día y que si se multiplica por la cantidad de barcos haciendo fila, suman unos U$S 10 millones. “Y el último efecto es internacional, la pérdida de credibilidad. La Argentina volvió a transformarse en un puerto sucio. La mayoría de los barcos que tenían posible arribo al país han sido desviados a Brasil, que se está llevando los dólares que la Argentina pierde. Eso serán menos divisas el mes próximo”, dijeron las fuentes del sector.

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